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RESEÑAS: DHEEPAN Y HIGH RISE

Continuamos con la cobertura de la 7ma Edición del Festival de Cine Europeo, organizado por la Alianza Francesa en Puerto Rico.

En este artículo les hablaré de dos de las películas presentadas: Dheepan, del director francés Jacques Audiard, y High Rise, del director inglés Ben Wheatley. Ambas películas no pueden ser más distintas una de la otra, lo que habla muy bien de la diversidad de géneros que podemos disfrutar como parte de este esfuerzo cultural de la Alianza Francesa.

Si tienen la oportunidad de verlas, déjenos saber lo que piensan de las mismas.


DHEEPAN de Jacques Audiard (Francia)

En Puerto Rico tenemos la costumbre de quejarnos por cosas triviales: y que el carro está dando problemas, o que el Internet esta lento, o que no tenemos chavos para irnos de “hangeo” un viernes social. Muchas veces nos olvidamos (o a propósito ignoramos) que existen muchísimas personas alrededor del mundo viviendo experiencias realmente dolorosas. Dheepan es una de esas películas que te obliga a reflexionar sobre estas personas menos afortunadas, y que te hace sentirte agradecido de la vida.

Dheepan cuenta la historia de tres personas que están tratando de huir de una Sri Lanka destrozada por una guerra civil: Sivadhasan (Jesuthasan Antonythasan), un soldado que peleaba por los rebeldes que habían perdido la guerra, Yalini (Kalieaswari Srinivasan), una joven de 26 años desesperada por una vida mejor, y Illayaal (Claudine Vinasithamby), una niña huérfana que está siendo cuidada por una tía que le tiene poco interés. Viviendo en un campo para refugiados, para escapar ellos tienen que hacerse pasar por una familia que pereció durante el conflicto. Es así como los tres extraños terminan recibiendo asilo en Francia bajo las identidades falsas de Dheepan, su esposa y su hija.

Después de varios meses de tratar de sobrevivir en su nuevo país, Dheepan y su frágil “familia” finalmente son asignados a vivir a un proyecto rural, donde Dheepan comienza a trabajar como custodio. Lo que ellos no saben es que estos proyectos son gobernados por Brahim (Vincent Rottiers) un narcotraficante menor que dirige una violenta ganga en el área. Es en este lugar que se supone les brindara seguridad que Dheepan, Yalini y Illayaal se encontrarán con otro tipo de guerra que los obligará a enfrentarse a los demonios que pensaron que dejaron atrás.

Yalini (Kalieaswari Srinivasan), Illayaal (Claudine Vinasithamby) y Sivadhasan (Jesuthasan Antonythasan)
Yalini (Kalieaswari Srinivasan), Illayaal (Claudine Vinasithamby) y Sivadhasan (Jesuthasan Antonythasan)

A diferencia de las películas del Festival que cubrimos anteriormente, la cinematografía en Dheepan es una que resalta el realismo asociado con la guerra, la pobreza y la violencia. Aunque la película no es gráfica, no se echa para atrás en demostrar las consecuencias de esa violencia, lo que provoca que algunas de las escenas sean chocantes para el espectador. Sin embargo, lo que realmente llama la atención de este filme es como poco a poco estos extraños se convierten en una familia real. Además de esto, Dheepan te hace reflexionar sobre la triste situación de los refugiados en exilio, y las consecuencias de la guerra en el psiquis del ser humano.

Otro de los elementos que brilla en esta película son las actuaciones. Jesuthasan Antonythasan y Claudine Vinasithamby hacen un excelente trabajo como el torturado ex-soldado y la niña que dejó todo lo que conocía atrás, respectivamente. Pero de todos quien realmente me impresionó fue Kalieaswari Srinivasan, ya que el personaje de Yalini no comienza como un personaje simpático, pero con su caracterización siempre consigue mantener al público de su lado.

Dheepan también es una película que se siente sumamente oportuna en los tiempos en que vivimos, cuando hay tanta discusión entre los gobiernos sobre qué hacer con las familias que huyen de los conflictos en Siria y Afganistán. Te ayuda a recordar que no importa el idioma, la religión, ni la ideología política, los refugiados son personas que sienten y padecen como tú y como yo, y que tienen el mismo derecho a encontrar la felicidad.

Dheepan fue la ganadora del codiciado Palme d’Or en la edición del Festival Cannes del 2015, y nominada para múltiples categorías de los premios César de Francia.

Va altamente recomendada a los fanáticos de los buenos dramas.


 

HIGH RISE de Ben Wheatley (Inglaterra)

High Rise es ese tipo de película que cuando sales de la sala no estás seguro que piensas de ella. Me tomó toda la noche decidir que sí me había gustado, pero no es una película que le recomendaría a todo el mundo.

El argumento inicial es interesantísimo: Dr. Robert Laing (Tom Hiddleston) es un fisiólogo soltero a principios de la década de los 70 que, después de la muerte de su hermana, decide planificar para su futuro y compra un apartamento familiar en un codiciado complejo multi-pisos. Este moderno complejo está diseñado para ser auto-suficiente, ya que contiene un área para comprar alimento, un área de recreación, y su propio sistema de agua y de electricidad. Sin embargo, los inquilinos están divididos en los pisos por clase social: las personas de humilde procedencia están en los pisos de abajo, mientras los de la alta alcurnia ocupan los pisos de arriba. El pent-house es ocupado por el enigmático Anthony Royal (Jeremy Irons), mejor conocido como el Arquitecto de tan ambicioso proyecto.

Robert parece ser aceptado por sus vecinos porque no se les hace tan fácil clasificarlo. Se hace buen amigo de Helen (Elisabeth Moss), una madre sufrida pero positiva de dos hijos y con otro en camino. Como prospecto romántico está Charlotte (Sienna Miller), madre del brillante niño Toby (Louis Suc), pero que se conoce más por sus fiestas y por su promiscuidad. De todos los vecinos, el más inestable es Richard (Luke Evans), el irresponsable esposo de Helen, un documentalista que vive localmente enamorado de Charlotte. Robert hasta capta la atención del recluso Arquitecto, y se convierte en una especie de amigo y confidente.

Todo corre bien en el edificio hasta que las utilidades básicas y los equipos modernos comienzan a fallar. El arquitecto informa a través de Robert que la razón de los fallas es que el edificio aún se está ajustando a su fundación, pero el hecho de que estas fallas son más comunes en los pisos de abajo que en los de arriba les hace pensar a los inquilinos que es un acto con el propósito de hacerles la vida más difícil.

Es aquí cuando la película se vuelve verdaderamente surrealista. Richard consigue que sus coinquilinos se rebelen contra la impuesta estructura social. Cuando la falta de recursos básicos comienza a afectar no solamente a los pobres sino a los ricos, los ricos deciden que tienen que poner a los de abajo “en su lugar”. Aquí comienza una violenta y excesiva guerra tribal por el control del edificio, donde las reglas morales y sociales desaparecen, y los inquilinos se dejan llevar por sus sentidos más básicos de auto preservación. Robert y el Arquitecto son los únicos testigos imparciales del caos, uno porque simplemente quiere que lo dejen en paz, y el otro porque simplemente no tiene el poder para evitar que su sueño de una sociedad autosuficiente se desvanece.

En esto la película me recordó mucho de la fábula “Animal Farm” de Orwell, que termina con el pensamiento de “Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.”

La película cuenta con excelentes actuaciones. Tom Hiddleston brilla como Robert, el hombre tratando de mantener la cordura en un mundo fuera de control. Elisabeth Moss también es excelente en su papel de soporte como la mujer atrapada en un matrimonio infeliz. Jeremy Irons nuevamente impresiona con su interpretación, aunque el personaje del Arquitecto sufre del hecho de que nunca le conoces sus verdaderas intenciones.

Helen (Elisabeth Moss) y Robert (Tom Hiddleston) conectando
Helen (Elisabeth Moss) y Robert (Tom Hiddleston) conectando

La cinematografía es buenísima, especialmente el sentido de estilo que existe en cada toma. La moda de la década de los 70 es un excelente contraste con el gris y frío concreto que prevalece en el edificio, lo que da la impresión de que el edificio existe fuera del tiempo real.

High Rise es una reflexión sobre los peligros del capitalismo y el conformismo, y el estilo de vida urbano. Es un mundo donde los avances en la tecnología moderna contribuyen a deformar las reglas sociales y morales del ser humano. Este último punto es muy relevante en el tiempo en que vivimos, donde preferimos “textear” a hablar, donde los GIFS animados sustituyen pensamientos y sentimientos, y donde nos conformamos con conocer a los demás de manera superficial porque se nos hace difícil entablar verdaderas relaciones.

Otro de los elementos que me gustó de la película (y que solo capté luego de reflexionar un tiempo sobre ella) fue el corte feminista que tenía. A pesar de que en múltiples ocasiones los personajes femeninos son sometidos a violencia física y hasta sexual, son ellas las que se logran ajustar a esta violenta sociedad, y es en ellas donde cae la esperanza de un futuro mejor. Este elemento fue totalmente inesperado, pero ciertamente bienvenido.

Creo que lo más negativo que tengo que decir High Rise es que su argumento es muy parecido al de una película relativamente reciente: Snowpiercer  (2013). La visión satírica y surrealista de High Rise hace que no sea muy accesible para el público en general.

High Rise va recomendada para los amantes de las sátiras político-sociales, las películas surrealistas, las historias distópicas, y los fanáticos de Tom Hiddleston.


CORTOMETRAJES PUERTORRIQUEÑOS

Ya fueron anunciados los ganadores de las competencias para cineastas locales que fueron parte de la 7ma Edición del Festival de Cine Europeo.

  • Ganador Competencia de Cineastas Locales: Chatarra, por Rolando Meléndez.
  • Ganador Competencia para Estudiantes (Reto de 48 Horas): Seis, por Diego Luciano.
  • Ganador Premio del Público: Conociendo a Luisma, por Cristian Miranda.

Para más información de los premios adicionales otorgados en este festival, de un clic aquí.

No olviden que estos cortometrajes serán exhibidos en el Fine Arts en Miramar hasta el 20 de abril. ¡Apoyen a nuestro talento local!

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