Reseña: Al ritmo de jazz con Miles Ahead

Miles Ahead es una película un poco difícil de categorizar, ya que es una biografía que es 50% real y 50% inventada. Cuenta la “historia” de Miles Davis, famoso trompetista, arreglista y conductor de orquesta que es considerado uno de los genios musicales más grandes del siglo XX.

La película comienza en el 1979, cuando el reportero Dave Braden (Ewan McGregor) interrumpe el exilio autoimpuesto de Miles Davis (Don Cheadle), quien lleva cinco años sin tocar música públicamente y quien se encuentra en conflicto con su disquera porque según ellos le debe la grabación de su último disco. El Davis que conocemos en ese momento es un drogadicto temperamental, obsesionado con la música y desilusionado con la vida en general. Cuando las grabaciones de su última sesión de estudio desaparecen de su casa, Davis recluta la ayuda de Braden para recuperarlas. Lo que procede es una película de acción y aventura a lo Shaft, intercalada con los recuerdos reales de Davis y el tiempo que compartió con la mejor que se convirtió en su musa, Frances Taylor (Emayatzy Corinealdi).

Esta biografía se distingue de las clásicas biografías musicales, como Walk The Line, Ray o Straight Outta Compton, ya que no cuenta una historia lineal, sino que utiliza el argumento completamente ficticio de la recuperación de la cinta por parte de Miles y Dave como punto de partida para concentrarse en un área en particular de la vida de Miles Davis: su amor obsesivo por Frances Taylor, su tumultuoso matrimonio y la destrucción del mismo. En ningún momento te habla de cómo fue su niñez, o como descubrió su talento, o como fueron los comienzos de su carrera, o como fue la creación de sus álbumes clásicos como Sketches of Spain o Kind of Blue. El Davis que conocemos en la película ya es una superestrella en busca de inspiración para “su próxima etapa”, de la que tampoco tenemos resolución. Este aspecto irreal y enfoque estrecho  que distingue a Miles Ahead de otras biografías musicales es también el aspecto que la hace algo inferior a las mencionadas anteriormente, ya que Miles Davis era un hombre problemático, machista y abusador, y la película no nos da razón para empatizar con él fuera de su increíble talento musical.

Lo que salva a la película es la interpretación de Don Cheadle como Miles Davis. Es verdaderamente increíble ver como el actor, que recientemente es más conocido por su interpretación de James “Rhodey” Rhodes en las películas de Marvel, pueda transformarse de manera tan completa. Desde su voz rasposa, su movimiento corporal (Davis tenía una distintiva degeneración de la cadera), su peinado y su actitud, el actor personifica perfectamente al temperamental genio. Casi tan impresionante como su actuación es el hecho de que Cheadle también fungió como director de la película, y con su peculiar estilo demostró que tiene talento para continuar con ese nuevo aspecto de su carrera. El único otro papel que es elevado sobre mera caricatura es el papel interpretado por Emayatzy Corinealdi, una talentosa bailarina que cae bajo los encantos naturales del trompetista, y que deja su carrera atrás para pasar los siguientes 10 años en una relación tumultuosa y abusiva a manos de Davis. Emayatzy Corinealdi no solamente brilla por su belleza natural, sino por la peculiar muestra de fuerza y vulnerabilidad que demuestra durante su relación con Davis.

La película tiene cosas que funcionan y cosas que no, pero personalmente encontré los cambios de tono entre la aventura de Miles y Dave para recuperar la cinta de grabación y los  recuerdos del matrimonio abusivo de Miles y Frances tan discordantes que me dejaron un mal sabor de boca.

La película va recomendada para los fanáticos de la música y de los que extrañan las aventuras de cine del género de “blaxploitation”, pero no para los que buscan una verdadera biografía del temperamental músico. Si eso es lo que quiere, no lo va a conseguir con Miles Ahead.

Clasificación: R
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